Associated Press
2014-09-30
Pittsburgh.- El renacer de Edinson Vólquez empezó con un simple juego de pelota.
Durante su breve sesión con el entrenador de lanzamiento de los Pirates de Pittsburgh, Ray Searage, un día de enero en el centro de entrenamiento del equipo en Florida, el talentoso pero inconstante derecho escuchó a Searage esbozar un plan para ayudar al jugador de 31 años a recuperar la forma que alguna vez lo convirtiera en un All-Star.
“Se sintió querido”, dijo Searage. “Eso genera confianza”.
Diez meses después, Vólquez tratará de pagar esa confianza enviando a los Piratas a la Serie de División de la Liga Nacional por segundo año consecutivo cuando abra el partido comodín esta noche contra San Francisco.
La estridencia que le espera a Vólquez en PNC Park contrasta en gran medida con su terrible salida de San Diego el verano pasado, cuando los Padres lo dieron de baja tras un pésimo periodo en el que su promedio de carreas admitidas subió a 6.01.
“Es un poco triste”, dijo Vólquez. “Sientes que tu carrera llegó a su fin”.
Vólquez cerró 2013 con los Dodgers de Los Angeles, donde mostró cierta mejoría antes de formar parte de la agencia libre. Sin embargo, la mayoría de los equipos parecían estar poco interesados en contratar a un lanzador que pasó media década con problemas de orden y autocontrol.
Sin embargo, encontró un hogar en Pittsburgh, donde la sede del equipo se ha convertido en una especie de Ellis Island para los jugadores que buscan recuperar parte de lo que han perdido.
Hace un año fue el izquierdo Francisco Liriano, quien firmó con los Piratas y tuvo una temporada 16-8 que incluyó una victoria sobre Cincinnati en el partido comodín. Liriano y Vólquez son buenos amigos, y pese a que algunos cuestionaron la integración de Vólquez a la rotación, él confiaba en que podría hacer los cambios necesarios para volverse competitivo.
“Quienes saben sobre el deporte sabían que estaba casi listo para jugar”, dijo Vólquez.
Searage modificó el desempeño de Vólquez. El receptor de los Piratas Russell Martin trabajó con él para forjar un ritmo constante durante los partidos, en ocasiones dirigiéndose al montículo cuando Vólquez empezaba a actuar con demasiada rapidez. Y es que cuando Vólquez pierde el ritmo, muchas cosas empiezan a salir mal.
“En un principio no podía controlarlo”, dijo Searage. “Ahora está un poco mejor al respecto. Ésa es una de las mayores diferencias entre los jugadores de las Grandes Ligas de los de las Ligas Menores, los dos básicamente cuentan con las mismas habilidades, pero lo más importante es su enfoque mental”.
Vólquez respondió terminando 13-7 con un promedio de 3.04 carreras admitidas en 32 partidos como titular, la única constante en una rotación que vio a Liriano, Gerrit Cole y Charlie Morton pasar un tiempo considerable en la lista de incapacitados. Vólquez terminó 5-0 con un promedio de 1.64 carreras admitidas en sus últimos 11 juegos como titular, y su constancia fue uno de los motivos principales por los que los Piratas enviaron a Cole al montículo en el último juego de la temporada regular contra Cincinnati en un intento desesperado por ganar en al Central de la Liga Nacional. Cole estuvo brillante pero Pittsburgh perdió 4-1, lo cual dejó en manos de Vólquez las esperanzas del equipo de mantenerse más tiempo en la postemporada.
Se trata del mayor inicio de su carrera, pero Vólquez se está tomando las cosas con calma. El lunes estuvo durmiendo en su casa. El martes intercambió bromas con otros jugadores latinos antes de la práctica de bateo.
“Tengo que lanzar y ser yo mismo”, dijo.
Es poco probable que las cosas sean peores que en su otro inicio de postemporada. Los Filis de Filadelfia le anotaron cuatro carreras en 1 2-3 entradas durante el Juego 1 de la Serie de División de la Liga Nacional de 2010 cuando jugaba para Cincinnati. Ese día, el abridor de los Filis Roy Halladay tuvo un juego sin hit que dio inicio a una serie de tres victorias.