Deportes

Desatan fiebre naranja

Associated Press

2014-10-31

San Francisco, Calif.— San Francisco se convirtió en el Valle de los Gigantes por tercera ocasión en cinco años, ya que ayer cientos de miles de personas bordearon las calles para ver el desfile en el que hubo confeti y lluvia, y honrar a los campeones de la Serie Mundial de esta ciudad.
Bajo un cielo gris en el que una constante llovizna se mezcló con una nube de confeti color naranja, negro y blanco, los jugadores saludaron a los espectadores, se tomaron fotografías y posaron para la vociferante multitud desde la parte superior de autobuses de dos pisos, lo cual representa un cambio respecto a los clásicos convertibles y tranvías que los transportaron a lo largo de la ruta del desfile que fue la misma que se utilizó en el 2012 y 2010.
“Estos muchachos se unen para jugar, confían uno en el otro, juegan como si fueran una sola persona y nunca se dan por vencidos”, comentó Willie McCovey, integrante del Salón de la Fama, mientras esperaba saludar a los jóvenes integrantes de su ex equipo durante una reunión posterior al desfile que se efectuó en el City Hall de San Francisco, al final de un recorrido de 2 millas.
“Así es como se ha desempeñado este equipo durante años”.
Fanáticos de todas las edades, algunos de los cuales estuvieron esperando durante horas antes de que empezara el espectáculo al medio día, apretujados contra las barreras de metal, en los techos de los edificios y trepados en las lámparas de la calle, que estaban adornadas con globos de color naranja, negro y blanco, para aclamar a sus héroes de esta ciudad.
Muchos no fueron a trabajar y sacaron a sus hijos del salón de clase en contra de las súplicas de las escuelas de la localidad para que pudieran experimentar lo que ellos catalogaron como una “parte de la historia”.
“El lunes voy a enviarlos a la escuela y les diré a los maestros que tenían “la fiebre naranja””, comentó Marcela Habash de 36 años de edad y originaria de San Francisco, quien llevó a tres de sus cuatro hijos a la plaza que está en el exterior del City Hall para ver la celebración.
Aunque otros jugadores compartieron los autobuses e indiscutiblemente fue un día de gigantes entre los Gigantes, al destacado pitcher Madison Bumgarner lo colocaron en la plataforma de una camioneta.
Estaba adornada con un señalamiento que indicaba que fue el Jugador Más Valioso, tanto de la Serie Mundial como del campeonato de la Liga Nacional.
Aclamaciones ensordecedoras y cánticos de “Jugador Más Valioso!”, “Jugador Más Valioso!” recibieron a este amable pitcher que sostenía ambos trofeos.
Una segunda pick up trasladaba los trofeos que consiguieron los Gigantes en la Serie Mundial del 2012 y 2010, mientras que el manejador Bruce Bochy lucía radiante desde la parte superior de un autobús de dos pisos sosteniendo su trofeo de este año.
Empresas patrocinadoras le dieron vida al desfile con unos adornados carros alegóricos que incluyeron un reconocimiento con el tema de un panda para Pablo Sandoval, el bateador y Jugador Más Valioso de la Serie Mundial del 2012, cuyo apodo es Kung-Fu Panda.


 

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