Estado

Hacen trasplante número 14 de corazón en hospital de Chihuahua

Sarahí Aguirre
El Diario

2015-03-04

Chihuahua– Tras nueve años de sufrimiento, dos marcapasos y diversas reanimaciones, José Luis Salazar Vega podrá vivir sin la miocardiopatía dilatada en fase terminal que le minaba la vida, gracias a un exitoso trasplante de corazón que el paciente recibió tras la donación gestionada en la Clínica del Parque.
El procedimiento se llevó a cabo en el hospital Christus Muguerza el pasado domingo.
“Tres veces ya me había pedido que lo desconectara, me decía: ya desconéctame, ya me quiero morir, ya no aguanto. Pero mire, él tiene una esposa muy terca y aquí estamos”, dijo su cónyuge Angélica Magallanes, quien desde el pasillo saluda de lejos a su esposo.
“Me siento de maravilla”, comentó José Luis Salazar Vega, de 50 años, quien hoy tiene una segunda oportunidad de vida y quien, entre lágrimas y aún en cama, accede a una breve entrevista.
“Estoy totalmente agradecido con la familia del donador, por darme una segunda oportunidad de vida; me siento muy bendecido por Dios y contento por el excelente trato de los médicos”, dijo.
El equipo médico, compuesto por José Manuel Zavala Portillo, cirujano cardiovascular, Pedro Leal Solís, cirujano general y de trauma, Héctor Enrique Lugo González, anestesiólogo cardiovascular y otros profesionales de la salud, trabajó durante cuatro horas para injertar el órgano.
“Él cumple años en abril, pero ahora también celebraremos en marzo su segundo cumpleaños”, expresó emocionada su madre, María de Jesús Vega, mientras Zavala Portillo explica que dentro de cinco días, José Luis podrá estar en casa con su familia y dentro de un mes podrá realizar actividades sencillas como caminar al aire libre.
Su hija, Ana Gabriela Salazar, rebosa de alegría, aunque apenas menciona alguna palabra. La familia está emocionada y el equipo médico los felicita por su valentía y por su buena actitud, pues según dijo Carlos Gastón Ramírez, coordinador y jefe estatal de trasplantes, una actitud optimista y el apoyo familiar, juegan un papel crucial en la recuperación del paciente.
Una persona con trasplante de corazón tiene la más alta probabilidad de sobrevida, con un 100% el primer año y el 80% luego de cinco años; un paciente trasplantado puede tener una sobrevida de hasta 20 años, comentó Zavala Portillo. 
Gastón Ramírez explicó que la procuración y donación de órganos están regidas por un reglamento estatal, incluido en la Ley General de Salud, en el que se establece que los hospitales públicos y privados estén en constante comunicación para saber cuando haya un posible donante, así como una lista de espera actualizada.
Los hospitales públicos tienen prioridad, posteriormente el hospital que procura los órganos y si no hay candidatos para recibir el injerto, se envían a otros estados de la República, donde puedan ser utilizados a la brevedad.
Un corazón permanece en isquemia fría, o sea, luego de ser extraído del donante, unas cuatro horas máxime antes de sufrir daño en el tejido y se vuelva inútil para un trasplante; los riñones pueden durar hasta 20 horas y el hígado 12 horas; el Centro Estatal de Trasplantes coordina la procuración de órganos, su trasplante y su envío a otros estados.
Christus Muguerza, indicó Pedro Leal, es pionero en el trasplante de corazón y de órganos en general en Chihuahua y en el país, pues se han realizado estos procedimientos desde enero del 2001; en total, se han realizado casi 700 trasplantes de riñón en este nosocomio, así como 14 de corazón y otros tantos de córneas, hueso y ligamentos (el primero en América Latina).
Además, esta institución médica realizó el primer trasplante de riñón en Chihuahua, en 1979, así como el primer trasplante pediátrico de este mismo órgano y el primer trasplante en pacientes con hipersensibilidad.
Sólo Christus Muguerza y el Hospital Central cuentan con la tecnología para hacer este último procedimiento en todo México.
El resto del equipo médico que participó en la operación fueron: Aleida Medina, anestesióloga cardiovascular; Karla Ramírez, residente de anestesiología; Miguel Carrasco, residente de cirugía y encargados de la circulación extracorpórea del paciente, mientras éste no tenía corazón, estuvieron: Miguel García y la enfermera Laura Caldera.

saguirre@diarioch.com.mx

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