Internacional

Copiloto era 100% digno de volar: Lufthansa

The New York Times News Service

2015-03-26

Nueva York—Tenía 27 años, le encantaba volar y al parecer no encendió alarmas ni mostró indicios de encontrarse agobiado –o algo peor.
El copiloto del vuelo 9525 de Germanwings, el cual el martes se estrelló en los Alpes después de haber despegado de Barcelona con destino a Dusseldorf, fue identificado como Andrewas Lubitz, un alemán criado junto al Rin en el poblado de Montabaur
Ayer, un fiscal francés señaló que Lubitz se dispuso deliberadamente a “destruir la nave” poniéndola en descenso e ignorando los golpes cada más frenéticos que hacía en la puerta de la cabina de mando el piloto, quien había salido por unos cuantos minutos, dejando a Lubitz solo en los controles.
Funcionarios de Germanwings y su propietaria, Lufthansa, proporcionaron una descripción básica sobre Lubtiz –y manifestaron que su motivación, si es que cometió un acto tan horrendo, también seguía siendo un misterio para ellos.
“No tenemos ningún indicio acerca de lo que pudo haber llevado al copiloto a cometer un acto tan terrible”, dijo el director de Luthansa, Carsten Spohr, en rueda de prensa efectuada cerca de la matriz de Germanwings en Colonia, horas después de que el fiscal describió los últimos minutos del vuelo. “Nunca puede descartarse por completo un acto tan aislado. El mejor sistema del mundo no puede impedirlo”.
Funcionarios informaron que Lubitz fue aceptado en el 2008 en el programa de entrenamiento de pilotos y que se preparó en Berman, Alemania, y en Phoenix. Martin Riecken, un portavoz de Lufthansa, dijo, “todos los pilotos de Lufthansa hacen parte de su entrenamiento en Phoenix, simplemente porque allá hay muy buen clima y las condiciones son buenas para volar”.
Por lo general el programa de la escuela de vuelo tarda entre un año y medio y dos años e incluye varios meses en Phoneix haciendo vuelos de verdad en naves pequeñas de entrenamiento así como un simulador y trabajo en el aula, agregó. Pero Lubitz interrumpió en cierto momento su entrenamiento por una razón desconocida, dijo Spohr.
De ser la causa médica, explicó, él no hubiera tenido conocimiento debido a que las reglas alemanas relativas a la privacidad de los expedientes médicos.
Con el tiempo Lubitz concluyó su entrenamiento y aprobó todos los exámenes de salud y de vuelo, ingresando en el 2013 a Germanwings como piloto. Trabajó durante 11 meses como sobrecargo después de terminar su entrenamiento y estaba esperando una vacante de piloto, dijo Spohr, añadiendo no tratarse de algo poco común.
Al momento del percance, el copiloto contaba con 630 horas de experiencia de vuelo, de acuerdo con Riecken.
“Era 100 por ciento digno de volar sin limitación alguna”, señaló Spohr.
Brice Robin, el fiscal de Marsella que acusó a Lubitz de haber actuado intencionalmente, dijo no haber indicios de que la destrucción del avión haya constituido un ataque terrorista.
Agregó que la Policía no tenía ningún registro sobre Lubitz. Posteriormente, el ministro alemán de Interior Thomasde Maiziere, informó que no se encontró ningún vínculo terrorista  al revisar los antecedentes de todas las personas que iban a bordo del avión.
Lubitz era integrante de un club de vuelo cercano a Montabaur, el cual subió a su sitio de internet un breve mensaje de condolencias. Se leía que había ingresado a los 14 años y que desde hacía largo tiempo soñaba con ser piloto.
Ayer, miembros del club dijeron a la AP que a Lubitz parecía entusiasmarle volar.
“Estaba contento por tener trabajo con Germanwings y le estaba yendo bien”, dijo a la AP Peter Ruecker, uno de los integrantes del club. “Era muy feliz. Emanaba una buena sensación”.
“Andreas entró al club siendo adolescente para cumplir su sueño de volar”, se leía en el sitio de internet del club LSC Westerwald.
“Cumplió su sueño, el sueño que hoy pagó tan caro con su vida”, señaló el club.
El director del club, Klaus Radke, dijo que rechaza la conclusión del fiscal de Marsella acerca de que Lubitz puso al avión en descenso intencional y lo estrelló contra los Alpes franceses cuando el piloto salió brevemente de la cabina.
En la casa en que se cree viven los padres de Lubitz las cortinas estaban cerradas y había cuatro patrullas de la policía estacionadas en los alrededores.
La Policía no permitió que los medios se acercaran a la casa de dos pisos situada en un suburbio próspero de Montabaur, un pueblo situado a unos 60 kilómetros al noroeste de Fráncfort.
Un equipo de investigadores ingresó al hogar y, el jueves por la tarde, podía verse a personas salir con bolsos azules, una caja grande de cartón y lo que parecía ser una computadora.
En Montabaur, el vecino Johannes Rossmann dijo que Lubitz parecía estar en buen estado de salud y corría con regularidad. Describió al piloto como alguien callado y discreto.
“No creo que se haya matado a sí mismo y haya cobrado la vida de otras personas”, dijo Rossmann, de 22 años. “No lo creeré hasta que esté confirmado al 100%”.
Lubitz aprendió a volar en un planeador blanco modelo ASK-21 de dos asientos que actualmente se encuentra en un pequeño hangar al lado de la pista de césped del club.
Ruecker dijo que recuerda a Lubitz como alguien “callado pero amigable” cuando llegó al club cuando tenía 14 o 15 años diciendo que quería aprender a volar.
Indicó que Lubitz tenía novia y el copiloto no dio señales durante su visita en otoño de que algo estuviera mal.
“Parecía estar muy entusiasmado” respecto a su carrera, declaró. “No puedo recordar algo que indicara que algo no estuviera bien”. (Con información de AP)
 

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