Opinion

El calvario que no termina

José Ignacio Gallardo
Analista político

2014-04-22

La Semana Mayor acaba de terminar, sin embargo para los habitantes de esta frontera el calvario aún continúa en muchos aspectos relacionados con la vida de esta comunidad. No se puede negar que estos han sido tiempos muy difíciles para los juarenses, y desafortunadamente la situación no va a mejorar hasta el 2015, según los indicadores y la opinión de algunos analistas.
Es claro que tantos años acumulados de deterioro económico han ocasionado severos daños y éstos no pueden ser reparados de la noche a la mañana. Y no ha sido una sino varias crisis las que Ciudad Juárez ha experimentado en los últimos 15 años. Es importante mencionar que con tantos obstáculos y situaciones adversas enfrentadas de manera recurrente, a esta comunidad no la han dejado recuperarse social y económicamente.
Desde los ataques terroristas perpetrados en la Unión Americana el 11 de septiembre del 2001, de manera directa se vino a complicar la vida de los fronterizos. Las medidas de seguridad en los puentes internacionales se endurecieron derivadas de estos trágicos atentados, trastornando seriamente los cruces internacionales y con esto se volvió más complicada la relación bilateral en esta frontera.
Después, en 2004, los Estados Unidos experimentaron una desaceleración económica que también vino a golpear al sector maquilador juarense que es el mayor empleador y la base de la economía de esta ciudad. Una baja en el consumo del estadounidense promedio provocó que la industria maquiladora local redujera su producción y en consecuencia se eliminó mucho personal, aumentando el desempleo en Ciudad Juárez. 
Posteriormente, durante el sexenio calderonista, los juarenses tuvieron que experimentar una de las peores crisis en materia de seguridad de que se tenga memoria. Fueron años de pesadilla para todos los habitantes de esta compleja urbe. Se desbordó la violencia provocando que Juárez sufriera un preocupante deterioro en materia social y económica.
La imagen de la frontera también fue afectada y no tan sólo se alejaron importantes inversiones sino que se produjo un éxodo de juarenses y una enorme fuga de capitales con consecuencias todavía no estimadas. El éxodo de juarenses provocado por la violencia también trajo una baja en la plusvalía del sector inmobiliario, debido al número tan alto de casas abandonadas.
Y cuando apenas empezaban a bajar los incides de criminalidad y parecía estabilizarse la situación, se emprendió el Plan de Movilidad Urbana y debido a lo complicado del proyecto que pretendía realizar numerosas obras por toda la ciudad de manera simultanea, se provocó un cotidiano caos en el tráfico vehicular de la ciudad ya que muchas avenidas se encontraban cerradas e impedían la circulación de miles de automóviles.
Luego vendrían los nuevos impuestos y homologaron el IVA del 11 al 16 por ciento en todas las zonas fronterizas. Tales reformas han agudizado la crisis en sectores productivos y la nueva carga impositiva provocó que Juárez registrara una inflación entre las más altas del país. Todo esto provoca que haya poca inversión y se acentúe el desempleo. Por ejemplo, por un lado se anuncia la apertura de varios restaurantes pero también se informa del cierre de otros tantos. Y todo esto se refleja ya que Juárez fue ubicada como la urbe con peor calidad de vida entre las grandes ciudades del país. Recientes estudios demostraron que esta frontera se encuentra en el último lugar de los municipios mas poblados del país. Y eso sin contar con la problemática del Tren.
Ahora la esperanza está fincada en que la economía empezará a repuntar hasta mediados del 2015. Se tiene que reconocer que esta reforma fiscal ha tenido efectos muy negativos en el sector comercial de esta ciudad y esto impide que la economía local crezca a un ritmo más acelerado y pueda generar todos los empleos que no se han podido recuperar.
La triste realidad es que Juárez se encuentra lejos todavía de superar esta prolongada crisis y ya se sabe que este año se ve difícil superarla. Es claro que con todos estos obstáculos la frontera no se podrá recuperar pronto.  Y sin voluntad política, sin apoyos de la federación y del gobierno del Estado y sin esfuerzos conjuntos de gobiernos, empresarios y sociedad civil, seguramente el calvario que sufren los juarenses continuará por un buen tiempo.

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