José Ignacio Gallardo
Analista político
Los altos índices de violencia intrafamiliar que registra Ciudad Juárez en los últimos años hacen ver que ésta es una problemática que no ha sido debidamente atendida y que en lugar de reducirse, todo indica que va en aumento y esa tendencia no se detiene.
No hay una semana sin que no se conozca de lamentables casos de maltrato infantil que en algunas ocasiones tienen consecuencias fatales. Los casos se multiplican por todos los sectores de esta frontera, por lo que se hace necesario el involucramiento de toda la sociedad para tratar de detener esta delicada situación.
Y ante todo este oscuro panorama, como respuesta han empezado a surgir campañas en las redes sociales que buscan crear conciencia entre los ciudadanos de que existe un grave problema que necesita urgentemente ser abordado por autoridades, sectores productivos, universidades y la comunidad en general.
Pero hace falta mucho más. Es necesario empezar a ponerle un alto a esta aguda problemática social que amenaza a la población más vulnerable de la frontera: los menores. Los juarenses no pueden permanecer indiferentes ante tantas tragedias familiares que después se vuelven tragedias sociales.
Se tiene que detener cuanto antes el alza en la preocupante tendencia de la violencia que muchas de las veces llega a ser extrema. Padres biológicos o padrastros que a golpes acaban cruelmente con la vida de indefensos menores en muchas ocasiones ante la mirada omisa de las madres de estos.
Las campañas contra el maltrato infantil pretenden ser un parteaguas para que a nivel legislativo se revise desde todos los ángulos esta problemática. Desde la cantidad de guarderías que se requiere instalar en una ciudad como Juárez hasta la necesaria revisión de las penas que les imponen a quienes maltratan a infantes.
Estas campañas mediáticas no buscan separar a las familias sino evitar que más niños sigan siendo golpeados por sus propios padres o por los compañeros sentimentales de sus madres. Se busca ayudar a todos los miembros de la familia para que estén realmente integrados y, en su caso, brindar la ayuda necesaria a los adultos que presenten este tipo de problemas de conducta y canalizarlos a centros de atención psicológica.
De igual manera en necesario buscar la participación de muchos especialistas como sicólogos, trabajadores sociales, maestros incluso de miembros de las diferentes Iglesias que se encuentran asentadas en esta frontera. La premisa fundamental de estas campañas es que por lo menos por este día no se maltrate a niño alguno en Juárez. Si se logra que cada día un niño deje de ser golpeado y abusado se habrá avanzado, claro que la meta es que no haya niños maltratados.
Por parte del sector empresarial se requiere apoyo para la difusión masiva del mensaje en contra del maltrato infantil en todo el sector productivo, para que la concientización sea más rápida y eficaz. De igual manera, por medio de la asociación de maquiladoras se podría difundir el mensaje de manera más directa a los trabajadores que en su mayoría son padres de familia. Por parte de las universidades, solicitar el apoyo para la constante difusión del lema NO AL MALTRATO INFANTIL y la creación de grupos de apoyo sicológico en zonas que previamente hayan presentado una alta incidencia de este tipo de hechos.
Lo ideal sería que alumnos de las carreras de psicología, sociología y afines apoyaran con su servicio social realizando investigaciones sobre este problema, y además brindar terapia sicológica a menores maltratados y a los familiares de éstos. Por parte de las autoridades educativas y maestros se requiere detectar oportunamente este tipo de situaciones entre los alumnos para canalizarlos a los lugares adecuados y, si es necesario, intervenir presentando la denuncia correspondiente ante las autoridades.
El objetivo principal es frenar esta espiral de violencia, y para ello, tanto autoridades, legisladores, cámaras empresariales, medios de comunicación, clubes de servicio, iglesias, agrupaciones sindicales y la comunidad en general deben sumarse a este esfuerzo colectivo. La meta es cero niños golpeados en Ciudad Juárez.