MIRIAM A. ORNELAS
Ingeniera industrial y abogada
Aunque de primera impresión se antojan muy drásticos los desmantelamientos de instalaciones eléctricas realizados por la Comisión Federal de Electricidad en los domicilios de añejos deudores morosos y “colgados” de las líneas de conducción del fluido eléctrico, lo cierto es que este tipo de personas causan muchos daños al suministro de electricidad al resto de la población que usa ese servicio público con regularidad y dentro del orden.
Desde hace muchos años se sospecha que los enormes consumos de energía eléctrica que se roban infinidad de ciudadanos que incurren en estas irregulares conexiones se están repercutiendo en los recibos del resto de la población cumplida y es por eso que continuamente surgen protestas de los usuarios regulares por algunos cobros de demasías que se les hacen, de tal manera que estamos pagando justos por pecadores pues la CFE mantiene el criterio de que no puede perder.
En este entendido, es correcta la campaña de desmantelamiento de instalaciones ilegales e irregulares que se está realizando porque solamente pagando todos nuestros reales consumos será posible que se suspendan estos cobros de demasías que actualmente se hacen trastocando la administración de numerosos usuarios legítimos pues estos reclamos son excesivamente caros, frisando alrededor de los cincuenta mil pesos por ajuste y de ribete con la amenaza de corte del suministro, como si se tratara de una moratoria injustificada. Este tipo de sorpresas debe pararse.
Por otra parte, todos los usuarios ilegales y arbitrarios incurren en el delito de robo de fluido eléctrico y hasta ahora no han sido sancionados ni tan siquiera con el corte y el descuelgue, eso no es justo. La impunidad tanto criminal como administrativa ha sido siempre la norma y eso nos perjudica a todos.
Además, el hecho de que existan en nuestra ciudad un universo de entre seis y siete mil ladrones de energía a plena luz del día y en una forma descarada, nos dice que una cultura del hurto de luz eléctrica muy difundida entre nuestra comunidad, lo cual no resulta edificante y es un pésimo ejemplo para toda la ciudadanía que no encuentra obstáculo moral para abstenerse de estos ilícitos y, por el contrario, a estos ladrones se les cataloga como gente lista. ¿Robar a la CFE se vale? Pues no, no se vale. Como tampoco es legítimo que la CFE nos esquilme a los demás.
El robo es el apoderamiento de cosa ajena mueble sin el consentimiento de quien legítimamente puede disponer de ella y si estas raterías continúan y no son castigadas las cosas se pondrán cada vez peor para todos, al grado que llegue a ser imposible operar en nuestra comunidad. Por ser la CFE una empresa del pueblo, quien la dañe nos está perjudicando a todos.
Desde el punto de vista técnico estos ladrones de energía eléctrica ocasionan serios problemas de sobrecargas que afectan a los aparatos eléctricos que los consumidores legítimos tenemos en nuestros hogares, de tal forma que pueden llegar a descomponerlos con grave detrimento al patrimonio familiar de todos nosotros y además pueden generar accidentes que causen incendios y en muchos de los casos pueden tener hasta consecuencias fatales por electrocución de las personas al momento de estar realizando las maniobras de colgado y tendido de cables para obtener ilegalmente electricidad. Las líneas generales también han sido dañadas.
Según se nos informa, el desmantelamiento consiste en retirar el cableado que alimenta la red de la comisión, la acometida y el medidor, que sirven de instrumentos para cometer el ilícito y esto no afecta al patrimonio de los colgados pues son elementos que no les pertenecen y que se usan delictivamente.
Es aconsejable que la empresa eléctrica paraestatal lleve esta campaña de regularización y cobro de lo debido a fondo hasta terminar de una vez por todas con este conglomerado de juarenses que ha hecho de su iluminación un robo que tantos perjuicios causa al suministro de energía a los fronterizos. Al fin y al cabo quien de lo ajeno se ilumina tiene el riesgo que en cualquier momento lo dejen a oscuras y de pasada lo embarguen sino es que hasta lo denuncien ante las autoridades. Ni que contratar el servicio fuera tan caro ni tan difícil.