Opinion

Consulta popular frustrada

José Rubinstein
Analista político

2014-08-29

Distrito Federal— ¿Está usted de acuerdo en eliminar la corrupción, la prepotencia y la ineptitud pública? Seguramente la respuesta a la pregunta formulada sobrepasaría con creces el número de firmas requeridas para la consulta popular más exigente.
Cuatro partidos políticos acuden a la recién incorporada figura de la consulta popular –art. 35 constitucional– para presentar una conveniente pregunta de trascendencia nacional, induciendo la pretendida respuesta.
El número requerido de firmas para completar la petición de consulta popular es como mínimo 2% de inscritos en la lista nominal de electores. Entre los impedimentos para ser objeto de consulta ciudadana destacan  la materia electoral y los ingresos y gastos del Estado. La constitucionalidad de la materia de consulta corresponde a la Suprema Corte de Justicia de la Nación y dicha consulta coincidiría con la jornada electoral federal.
El PRD ya cumplió con la entrega de más del millón 600 mil firmas requeridas para solicitar la realización de una consulta popular relacionada con la Reforma Energética.
Cuauhtémoc Cárdenas considera que dicha reforma responde a intereses políticos y económicos del extranjero, es ajena a los mexicanos, su primordial interés es sacar más recursos de Pemex sin potenciar su desarrollo ni el del país. La pregunta del PRD: ¿está de acuerdo en que se mantengan las reformas a los artículos 25,27 y 28 de la Constitución en materia energética?
Morena y su propietario, el señor López Obrador, recaban por su lado las firmas para también intentar revertir la Reforma Energética mediante la consulta popular.
Convencidos que la unión hace la fuerza, alrededor de 200 intelectuales académicos y representantes sociales pidieron a las dirigencias del PRD y Morena sumar esfuerzos para realizar conjuntamente una consulta popular única.
Al respecto AMLO se negó porque no le tiene confianza a los dirigentes del PRD –ver para creer–.  Por su parte, el Ing. Cárdenas respondió que por ley es imposible unificar consultas sobre la multicitada reforma.
El PAN tardíamente pretende enarbolar la causa de los indignos salarios mínimos, menospreciando la propuesta del PRD para el DF porque no se trata de resolver un tema local sino federal. Acción Nacional ya recabó un millón 750 firmas para solicitar una consulta popular sobre salario digno.
La pregunta del PAN: ¿estás de acuerdo en que la Ley Federal del Trabajo establezca que la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos fije un nuevo salario mínimo que cubra todas las necesidades de una familia para garantizar al menos la línea de bienestar determinada por la Coneval?
El PRI haciéndose eco del compromiso de campaña de Enrique Peña, encuentra el pretexto para también participar en la referida consulta popular con una sugestiva pregunta: ¿estás de acuerdo en que se modifique la Constitución para que se eliminen 100 de los 200 diputados federales plurinominales y los 32 senadores de representación proporcional?
La solicitud del PRD de realizar una consulta popular para intentar revertir la Reforma Energética muy probablemente será denegada por la SCJN, en principio, por tratarse de un tema vinculado a ingresos y gastos del Estado. La propuesta del PAN podría ser rechazada por la Corte, ya que la misma inquiere sobre puntos ya alentados en la Constitución en relación al salario mínimo. La intención del PRI relativa a disminuir el número de legisladores es tema electoral y requeriría modificar la Constitución, circunstancia en que difícilmente incurriría la SCJN.
En vía de mientras los partidos se descalifican:
PRD al PAN y al PRI: sus propuestas distraen la atención de la Reforma Energética, son anticonstitucionales y contienen fines electorales. Ambos partidos sacaron sus propuestas de la manga.
PAN al PRD: el tema de los salarios no es local.
PRI al PRD y al Morena: sus propuestas contravienen la Constitución y la Ley Federal de Consulta Popular.
Mucho ruido y pocas nueces en torno a las consultas populares, finalmente lo más probable es que ninguna prospere.

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