Opinion

Por los desaparecidos

Edna Lorena Fuerte
Analista

2014-08-31

El día 30 de este mes se conmemora el día Internacional de las Personas Desaparecidas. En nuestra ciudad, como en muchas otras partes del país, se realizaron manifestaciones públicas con este motivo de parte de organizaciones, amigos y familiares de personas desaparecidas. Un grupo de mujeres, cuyas madres, hermanas o hijas han desaparecido, subieron por un costado de la Sierra de Juárez, bajo el sol por varias horas, para colocar un letrero que le dice a las autoridades: ¡Búsquenlas! El mensaje es muy claro, pero nos muestra la realidad, quienes han sufrido la tragedia de perder a un ser querido y no saben cuál ha sido su paradero viven sin la certeza de que las autoridades competentes estén haciendo algo al respecto.
Es bien sabido que en nuestro país no existe un protocolo claro para la búsqueda de personas, que las autoridades municipales a quienes se acude en estos casos, no consideran que la demanda de los familiares no es sólo para dejar constancia en las largas estadísticas de desapariciones sino es un grito de auxilio, son las voces de las víctimas que piden ser encontradas. En estos casos, sabemos bien de la discrecionalidad de las autoridades, del desinterés o la apatía de las instituciones frente al dolor de las familias, pero sabemos también que quienes han perdido a alguien viven el duelo permanente de la incertidumbre, viven en la esperanza y en la espera, sabemos que no dejan de buscar hasta que encuentren respuestas.
Con quienes han perdido a un ser querido, la sociedad entera tenemos una deuda de solidaridad, nuestra ciudad tiene una larga historia de tragedias, de mujeres que salieron a trabajar y no volvieron más, de hombres que fueron “levantados” y no se supo nada más de ellos, de jóvenes y niños que son arrancados de sus vidas, de migrantes que llegaron aquí siguiendo sus sueños y hacia el sur sus familias no vuelven a tener noticias de ellos. Todas estas historias son una pesada carga para Ciudad Juárez; el dolor de sólo una de estas historias es motivo suficiente para levantar la bandera de la exigencia y pedir que haya respuestas claras de que las autoridades se comprometan en la búsqueda, que quién hace una denuncia de desaparición no sea tratado con negligencia.
Recientemente, en Argentina, las mujeres conocidas como las “Madres de la Plaza de Mayo”, que al paso de los años se han ido convirtiendo en las abuelas, dieron una lección de esperanza al mundo: una de sus fundadoras encontró finalmente a su nieto, al hijo de su hijo desaparecido, que había sido secuestrado por la dictadura militar siendo un recién nacido, y entregado a una familia afín al régimen para que lo criarán como un hijo propio. Hoy es un joven adulto que finalmente puede saber la dolorosa verdad de sus orígenes, y levantar con orgullo la frente en nombre de quienes fueron sus verdaderos padres. Esta es una historia de esperanza, pero sobre todo, es una historia de lucha permanente, de un grupo de mujeres que decidieron no rendirse nunca, no dejar de buscar nunca.
Los desaparecidos de nuestra ciudad, los que han sido víctimas del crimen organizado, de la delincuencia común, de la corrupción de los mismos gobiernos, de las policías que actúan con total impunidad, todo y cada uno de ellos merecen seguir en pie de lucha, merecen que sus historias sean contadas, que se sepan sus nombres, cada uno de ellos es motivo suficiente para que la sociedad juarense se sensibilice y alce la voz junto con las familias. Un solo desaparecido, una sola persona que no vuelve a su casa, es mucho dolor como para fingir que no ha pasado nada, en todo el país hay más de 22 mil de estas historias, sobran los motivos para que exijamos políticas de gobierno claras, para que haya prevención, para que al reportar a una persona desaparecida no sea un grito en el vacío.

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