MIRIAM A. ORNELAS
Ingeniera industrial y abogada
Cuando el gobernador César Duarte quiere, puede y cuando no quiere, pues sencillamente no quiere y no puede, pero la cuestión del replaqueo del parque vehicular del estado que ha salido a la palestra es sencillamente una cosa que emana de la voluntad soberana del señor gobernador porque en el estado libre y soberano de Chihuahua el único soberano es él y nadie más. Punto.
Si el soberano analiza al menos un poquito los hechos podrá ver que no se ocasiona a su mandato ningún daño porque los derechos vehiculares que para nada necesitan del cambio de placas seguirán generándose indefinidamente con la obtención de un simple recibo de papel corriente que no genera tanto gasto como las matrículas metálicas que al único que enriquecen es al dueño de la empresa troqueladora que las fabrica.
Pero además, una reposición de placas metálicas genera más papeleo y trámites burocráticos que entorpece la gestión y el pago de los derechos vehiculares porque hay muchas maniobras que deben hacerse para cambiar los registros de lámina y preparar los paquetes con engomados y una infinidad de pequeñas cosas que al final de cuentas, sumándolas, obstaculizan lo que debe ser un simple pago. Una simple maniobra en una computadora donde todo el historial aparece electrónicamente. Pero si de lo que se trata es sangrar al contribuyente con mucho dinero por lo del cambio de placas, si el soberano quiere pues se va a hacer, porque los chihuahuenses debemos pagar y pagar, pagar y pagar, porque sólo para eso servimos, porque bien sabemos que: Pago, luego existo, como bien se dice por ahí. Pagar es para el soberano el único medio de saber que estamos vivos. Y recordemos que Chihuahua vive porque paga, paga y paga.
De acuerdo a información confiable publicada por El Diario de Juárez son 29 los estados del país donde las placas son permanentes y sorprendentemente en ellos la gente también vive. ¿Será acaso que en ellos la población sueña nada más que vive? ¿Será que los únicos que realmente vivimos somos nosotros? Lo cierto es que nos da la impresión que la tarea de ciertos políticos es estar pensando únicamente en la forma de sacarnos el más dinero posible y casi sin darnos nada a cambio. Cobrar y cobrar hasta que duela y entre más duela mejor, es la consigna de todo el aparato del estado en esta república que está organizada a la manera de un gran imperio explotador y derrochador. De hecho en casi todo el mundo las placas metálicas de los automóviles son permanentes y eso en nada les afecta a los gobiernos.
Se habla de la necesidad de regularizar y reordenar el control vehicular pero nada se menciona de regularizar y controlar el gasto público. Por ejemplo, en Ciudad Juárez siempre funcionó que el representante del Poder Judicial del estado lo era el Juez Primero de lo Civil y así operó perfectamente en una forma indefinida. Pero ahora de un tiempo a la fecha se creó una oficina administrativa que está integrada por 34 funcionarios públicos que hacen lo mismo que antes hacía una sola persona y aún hay más.
Estos 34 inútiles han inventado una mesa de registro de ingreso de todo público a los juzgados que adicionalmente gasta en el sueldo de aproximadamente seis guardias de seguridad privados y un equipo de rayos X que no se utiliza y ahora piensan instalar un costoso registro digital con las huellas dactilares fotos y currícula de todos los que acudan a los juzgados civiles, familiares, penales y próximamente laborales con un derroche inusitado de los dineros públicos.
En esa simple oficina de chambismo innecesaria se gasta una millonada mensual que de nada sirve tan sólo porque no pudieron comprender que un irresponsable de sus propios empleados quería ver un juego del Mundial de Futbol y lanzó una alerta de bomba. Pero así está todo, el derroche del dinero del pueblo se ve por todos lados y ahora el soberano nos quiere endilgar pago de replaqueo y otras cosas que se le ocurran. Compréndanos señor gobernador, estamos muy gastados y no tenemos dinero para los caprichos de su séquito y los derroches de su corte imperial. Apriétense el cinturón también ustedes. Aunque sea un poquito. Chéquense, pésense, muévanse. El Gobierno está muy obeso. Más vale prevenir.