LA COLUMNA

DE LOS REPORTEROS

Suena hasta curioso que el alcalde Enrique Serrano Escobar afirme que su administración seguirá con la política de austeridad, con la eliminación de gastos diversos como los que se hacían en la contratación de teléfonos celulares, entre otros, cuando este año al menos creó tres nuevas instancias que generan una carga por los empleados que tendrán que contratarse, pero sin dotarlas de recursos para desarrollar proyectos.
Nos referimos, por supuesto, a la creación del Instituto Municipal de la Mujer Juarense, del Instituto de la Juventud y la Comisión Municipal de Derechos Humanos. A las dos primeras las dotó con 3 y 2 millones de pesos respectivamente, lo cual es justo lo que requieren para pagar la nómina, mientras que la CMDH ni siquiera aparece mencionada en el Presupuesto de Egresos 2015 que se aprobó en la sesión de Cabildo del pasado viernes.
En este último caso colocó como titular al ex secretario de Educación y Cultura, el profesor Alfonso Muela Reyes, quien seguramente continúa recibiendo el mismo salario y puso en su lugar al regidor con licencia del Partido Nueva Alianza (PANAL) Jesús José Rodríguez Torres. Y a pesar de que Muela cobra puntualmente ni siquiera se le ha asignado un espacio físico para que instale su oficina y por lo que se sabe, tampoco fondos para operar, por lo que ese cargo puede ser considerado una aviaduría.
Los gastos antes mencionados no parecen ser parte de una política de austeridad. Qué bien que se eliminen gastos superfluos, pero que no se creen otros que a simple vista no tienen razón de ser, no al menos si no tienen con qué desarrollar acciones en beneficio del pueblo.
Serrano ya había dado trazas de que la creación de nuevos cargos no es lo suyo, los ejecutivos de proyecto son un buen ejemplo de ello.
Como dice el dicho, cuidan los centavos pero descuidan los pesos.

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El líder nacional del Frente Juvenil Revolucionario, el chihuahuense Cristopher James Barousse es un ejemplo prototípico de la sabiduría encerrada en el dicho popular que describe la frase “no hay que montarlos tiernos porque se pandean”. No es el único, sin embargo su caso encaja a la perfección en esa máxima de la sabiduría popular.
Liderazgos juveniles bien cuajados como el de Eloy García o Miguel Ángel González, que aspiraron a la dirigencia nacional juvenil del PRI, no alcanzaron la posición a falta de un gobernador o personaje de altos vuelos que los impulsara.
Hasta hoy ambos han demostrado ser profesionales en la política, desde entonces y con los altibajos de cualquier actividad, siguen vigentes por méritos propios. En cambio Barousse, a quien le sirvieron desde el Poder el cargo, sin que demostrase arrastre y empaque de líder estudiantil, desaprovecha una espléndida oportunidad.
Cuando el oficialismo necesitó su presencia en la Universidad, por el caso de Iguala, nunca alzó la voz para conducir organizadamente las manifestaciones de los estudiantes y las únicas dos sociedades de alumnos que disputó –Contaduría y Derecho– las perdió vergonzosamente. Lo que sí hizo muy bien fue presumir su relación con el gobernador Duarte, asistir a reuniones y comilonas, hasta que en una de esas se encontró con otro junior yupi, Carlos Borruel, a quién insultó y golpeó arropado en “la bola”. Lo más seguro es que no sea diputado, pero si el PRI lo solapa dándole fuero, lo que tampoco resultaría una novedad, sería difícil que con esa conducta trascendiera en la vida pública.

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Para quienes no estén familiarizados con el caso, Barousse fue detenido el viernes cuando salía de su departamento en la Ciudad de México.
La detención, que se ejecutó en base a una orden de aprehensión girada por el juez 28 de lo penal, Joel Blanno Castro, se dio 10 meses después de que Carlos Borruel, hijo del ex alcalde de Chihuahua, del mismo nombre, interpusiera una denuncia en contra del primero por lesiones calificadas, en la que señala como presuntos responsables a Barousse y dos amigos de éste de golpearlo en los baños de un restaurante-bar ubicado en la colonia Roma Norte en el Distrito Federal, en marzo de este año.
Entonces, la denuncia de Borruel Jr. fue descalificada porque éste tiene un historial de conflictos y broncas legales (incluso llegó a estar detenido y encarcelado). Y aunque Barousse se desligó de la agresión diciendo que sí hubo trifulca en la que participaron amigos suyos, en la denuncia Borruel asegura que el dirigente no sólo lo agredió verbal y físicamente a él, sino también a su novia que lo acompañaba.
Veinte horas estuvo en la cárcel James Barousse luego de que su defensor depositó 17 mil pesos por la fianza que le fijo el juez para que enfrente el caso en libertad.

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Humores de cambio se advierten en la administración de César Duarte, los cortesanos de palacio los huelen, sienten su proximidad. Aunque muchos creen que es cuestión de horas para que lleguen, otros consideran que el gobernador empujaría hasta el último momento con sus proyectos para diputados federales, y entonces los relevos serían trasladados a los primeros días de enero, en cuyo caso los elegidos para salir disfrutarían felices sus buñuelos, pero es improbable que alcancen a partir la Rosca de Reyes, los primeros destapes son el siete de enero ahí sí ya sin saque.
Los cambios impactarán más de lo que muchos han imaginado, pues se sabe que podrían alcanzar a la presidencia municipal de Garfio y al Congreso del Estado, importando funcionarios de ambas instituciones hacia la administración duartista. Cosa de esperar, los movimientos están maduros, es cuestión de nada para que sean anunciados.
Por lo pronto, se fortaleció el rumor de que uno de los salientes es el coordinador de Comunicación Social, Hugo Hernández y quien posiblemente venga a sustituirlo es Sergio Belmonte Almeida, quien ya tiene callo en esos quehaceres.

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¿Dónde están los diputados(as) amigos(as) cuando se les necesita? Si ya andan de vacaciones por estos lares, al menos los juarenses –Ignacio Duarte, Carlos Angulo, Adriana Fuentes y Luis Murguía– deberían darse una vuelta por la garita de Jerónimo, frontera con Santa Teresa, Nuevo México, para que conozcan de primera mano el viacrucis que significa para los paisanos que se animan a venir a México a traer sus dólares y a visitar a sus familias, para importar temporalmente sus vehículos.
Hasta cuatro horas y más se tardan para ingresar a México y algunos vienen desde lugares muy al norte de los Estados Unidos, por lo que seguramente han manejado decenas de horas para todavía toparse con la anquilosada burocracia de la Aduana Mexicana.
Eso sí, en los anuncios de radio y televisión aparecen muy activos los legisladores, pero cualquiera que visite las oficinas de la Aduana en ese punto fronterizo se dará cuenta que la realidad es otra.

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Los siete millones de pesos que en promedio ha recaudado la Hacienda municipal como consecuencia de la imposición de multas por infracciones al Reglamento de Tránsito, seguramente serán rebasados y por mucho, tan sólo por los pagos que harán las personas detenidas en el operativo especial antiebrios al volante.
Tan sólo en los tres últimos fines de semana fueron detenidos, y sus autos asegurados, 678 conductores, por lo que siendo el promedio de las sanciones 5 mil 429 pesos y multiplicando estas dos cifras resulta una captación de 3 millones 680 mil 862 pesos, tan sólo los detenidos en los fines de semana. Faltaría sumar los casos de quienes son sorprendidos ebrios al volante durante los otros días de la semana, ya que aunque los operativos formales son los fines de semana, la vigilancia es permanente en ese sentido. Y habrá que tener en cuenta que los operativos especiales se extienden hasta el 6 de enero.
Ahora, tomando en cuenta que muchos conductores logran evadir esas multas al entregar una “corta” a los agentes, y que ésta en promedio es de 500 pesos –puede ser mucho mayor y bajar hasta unos 300, pero menos no aceptan y hasta se hacen los ofendidos– y seguramente son un número similar a los que sí son multados y detenidos, podríamos hablar que la polla navideña tan sólo por ebrios al volante alcanzaría los 340 mil pesos.