Opinion

El Partido Verde… ¿cumple?

Rafael Soto Baylón
Analista

2015-01-30

Alos ya no tan niños verdes les ha dado por promocionar al infinito sus presuntos triunfos legislativos. Y no hay forma de ignorarlos porque su publicidad aparece en todas partes: revistas, espectaculares, radio, cine y televisión.
Y efectivamente, los verdes prometen y cumplen. “El Partido Verde ofreció prohibir que las cuotas en las escuelas públicas fueran obligatorias y cumplió”.
Pero la cuestión es que, bien empleados, esos recursos que provenían de las cuotas son necesarios, indispensables e imprescindibles para el buen funcionamiento de las instituciones educativas. Antes, los maestros y padres de familia organizaban rifas y kermeses. Tanto así que los paterfamilias prefirieron pagar una cantidad específica y evitarse los trabajos que implicaban esas actividades. Esos desembolsos son utilizados para pintar salones y pupitres, comprar pizarrones, pagar el combustible para la calefacción en periodos de frío y los robustos recibos de consumo de electricidad –en las temporadas de altas temperaturas– por el uso de aires acondicionados. También se construyen instalaciones deportivas y sus respectivas cubiertas. Se mercadean computadoras, impresoras, papelería y marcadores. Se cubren los gastos de jardinería, uniformes y un larguísimo etcétera. Todos éstos no están incluidos en el presupuesto que el Gobierno destina a educación.
Ahora, ¿por qué pagan los padres? Porque quieren que sus hijos estudien en las mejores condiciones posibles. Algunos no pagan porque aunque desearían hacerlo no tienen los recursos. Justificable. Otros porque tienen pero no les gusta pagar. Injustificable. Los verdes legislaron contra las cuotas obligatorias pero olvidaron destinar presupuesto suficiente a los centros escolares. Este recurso bien podría salir de las generosas cantidades destinadas a su instituto político.
“Exigió cadena perpetua a secuestradores y cumplió”.
Ellos proponían la pena de muerte a los secuestradores. Pero los otros partidos políticos –dicen– se opusieron. Este castigo máximo está en los límites de la justicia y la venganza. México ha signado acuerdos internacionales  en contra de la pena capital. Cuando un connacional es ejecutado en los Estados Unidos, la Secretaría de Relaciones Exteriores manifiesta enérgicamente su rechazo. Ahora bien, el sistema de impartición de justicia en nuestro país es por demás deficiente. Si un inocente va a la cárcel tiene la esperanza de demostrar su inocencia y abandonar el calabozo. Pero ningún muerto podrá salir de su tumba. Ahora bien, ¿gracias a la amenaza de los 140 años de celda disminuyeron los secuestros? De ninguna manera. Es entonces inútil.
“El Partido Verde ofreció que el que contamine pague y repare el daño y ya es ley”.
Sin embargo, hay daños ecológicos irreversibles. Simplemente la explotación minera en Chihuahua ha ocasionado un deterioro ambiental muy importante. Para algunos ecologistas la causa de que el año pasado la Cascada de Basaseachi se encontrara sin agua fue el uso del líquido en el traslado vía agua de los minerales extraídos del seno de la Sierra Madre. Los mineros, además de los daños a la salud de los trabajadores y habitantes vecinos, acaban con la flora, la fauna, aniquilan la cultura y les despoja de los bosques a sus auténticos propietarios. Cuando el mineral se termina, dejan cerros artificiales de desechos tóxicos. Las explosiones de las minas a cielo abierto matan impunemente a los inocentes animales de la región, tanto los que viven en el subsuelo los que lo hacen en la superficie. Las mineras nacionales y extranjeras esta ley se la pasan por el arco del triunfo. Y cuando los daños son definitivos, no hay dinero que lo pague. Y no pagan, por cierto. ¿Los del Verde no sabrán de este ecocidio?
“El Partido Verde ofreció prohibir el uso de animales en los circos y ya es ley”.
Para los verdes –quienes a pesar del paso de los años continúan en ese color– los animales de los circos sufren lo insufrible. En cambio los toros y los gallos gozan en la arena y en los palenques. Éstos digieren ahí su naturaleza porque no son explotados ni obligados a trabajar toda su vida, ya que afortunadamente mueren. Y en la ley también olvidaron destinar recursos para salvaguardar a las bestias circenses en lugares dignos y que no vayan a tener como destino la calle, el rastro o la muerte ahora que “ya no trabajan”.
Los verdes dejaron de lado ponerle el cascabel al gato. Legislan y continúan, así, medrando del presupuesto con su empresa familiar. Pero las consecuencias de sus propuestas son completamente nefastas. Finalmente una invitación: levántense más tarde y sobre todo presenten menos iniciativas de ley, la nación, sobre todo los animales, se los agradecerán.

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