Francisco Rodríguez Pérez
Analista
Para estas fechas tengo un recuerdo predominante, total, que aunque muy triste también resulta esperanzador. Febrero sigue siendo un mes triste, desgraciado, no sólo para mí, sino para los chihuahuenses: las fuerzas del mal acaban de ultimar a Alberto Almeida, ex alcalde de Ahumada, hombre trabajador, buen hijo, buen esposo, buen padre, buen amigo…
Liquidan a un hombre consciente y, por ello, rebelde y justiciero, luchador social –características que todo ser humano debiera tener– pero seguirán su memoria, sus denuncias y sus luchas para ser reivindicadas.
Y me dicen unos amigos, cercanos colaboradores que, ya en marzo, es también el quinto aniversario luctuoso de un personaje muy entrañable, especialmente para los habitantes del noroeste del estado, Don Hilario Chávez Joya, primer obispo de la Diócesis de Nuevo Casas Grandes.
A una Exhortación Pastoral de Don Hilario, que mis amigos han publicado como “Documento Histórico” en la reciente edición de la revista Letras de Oro –dedicada al diputado Gustavo Martínez Aguirre y el noroeste del estado– me referiré en esta ocasión.
La “Exhortación Pastoral III Aniversario de la Prelatura de Nuevo Casas Grandes, Chih.” es realmente un documento extraordinario, con la profundidad que permiten la concentración y el abrevadero de las grandes producciones de la Iglesia, aderezado por el estilo propio de Don Hilario.
Actualmente, la Diócesis de NCG comprende los municipios de Ascensión, San Buenaventura, Galeana, Janos, Zaragoza, Casas Grandes y Nuevo Casas Grandes.
Las reflexiones de Don Hilario tienen, según lo escribe, “el único propósito de llevar al ámbito de vuestras conciencias el concepto exacto de la responsabilidad plena ante un deber de cristianos y de ciudadanos, llamados –en santa llamada– a ser miembros de una patria terrena y temporal y de una patria celestial y eterna.
Enseguida, Don Hilario distingue dos conceptos de política y de compromiso político. Primero, entiende la política en su sentido más amplio que mira al bien común, tanto en lo nacional como en lo internacional. Segundo: La realización concreta de esta tarea política fundamental se hace normalmente a través de grupos de ciudadanos que se proponen conseguir y ejercer el poder político para resolver las cuestiones económicas, políticas y sociales según sus propios criterios o ideologías.
“El laico encuentra en la enseñanza social de la iglesia los criterios adecuados, a la luz de la visión cristiana del hombre. Por su parte, la jerarquía le otorgará su solidaridad, favoreciendo su formación y su vida espiritual y estimulándolo en su creatividad para que busque opciones cada vez más conformes con el bien común y las necesidades de los más débiles”.
Tendrán, sí, libertad para evangelizar lo político como Cristo, desde un Evangelio sin partidismos ni ideologizaciones. Parte de su argumentación la centra Don Hilario en el apartado “Fe e ideologías” donde afirma que “el creyente no puede esperar de ninguna ideología todo lo que se requiere para realizar el cambio de la injusticia y la opresión a la justicia y fraternidad libertadoras” y, posteriormente, define su mensaje pastoral.
Sin embargo, discute otros aspectos profundos como “Fe y vida” o “La fe y lucha de clases” para afirmar que “los enfrentamientos que se hacen en la caridad, son capaces de producir la unidad. La caridad busca el bien del otro por encima del propio bien: prefiere la liberación interna y la salvación del otro por encima de la propia opinión, del propio bien económico y del propio poder político. Por tanto: “La acción política en sentido estricto, contrariamente a nuestra práctica, tiene que ser realizada por todos.
En “Iglesia y Política” define las características que a su juicio y el de la Iglesia deben predominar.
Aunque todos son interesantes y profundos, llamó poderosamente mi atención el apartado que Don Hilario titula “La violencia política”:
“La tortura física y sicológica, los secuestros, la persecución de disidentes políticos o de sospechosos y la exclusión de la vida pública por causa de las ideas, son siempre condenables”.
Espero que nuestros amigos de la revista puedan concretar la idea, el proyecto, la iniciativa de la directora, Sonia Edith Bencomo Madrid, y pronto veamos en forma de libro las cartas pastorales de Don Hilario Chávez Joya.
También los invito que sigamos impulsando las letras y el recuerdo del gran intelectual chihuahuense Carlos Montemayor.