Opinion

Los santones

Sergio Sarmiento
Analista político y periodista

2015-03-26

Distrito Federal— Raúl Trejo Delarbre escribió este enero en La Crónica que en 1994 el rector de la UNAM, José Sarukhán, le pidió organizar un curso de periodismo. En una reunión con Sarukhán y Julio Scherer, a quien no conocía, Trejo dijo que quería incluir el tema de la ética y le propuso a Scherer que mandara a algunos periodistas de Proceso para conocer los criterios de otros medios. “Don Julio se me quedó viendo con sus intensos ojos verdes –recuerda Trejo– y, ante el asombro del siempre mesurado José Sarukhán, me dijo: ‘Raúl, en México la ética es Proceso’”.
Scherer, un hombre de brillante inteligencia y enorme valor, pero con una visión exagerada de sí mismo, era dado a estos desplantes. Muchos periodistas reconocidos tienen el ego inflado. La confianza en sí mismo es un requisito para destacar en los medios, pero no por eso debemos caer en el culto a los santones.
El periodismo en México ha vivido siempre en un entorno turbulento de censuras y presiones que en ocasiones llega a la violencia. Los buenos periodistas, sin embargo, con frecuencia aprovechan los golpes para fortalecer su trabajo e independencia.
Cuando José Pagés Llergo fue despedido en 1953 de la dirección de la revista Hoy por publicar una foto en la que al yerno del presidente Miguel Alemán Valdés, Carlos Girón, se le iban los ojos detrás de una modelo semidesnuda, su respuesta fue fundar Siempre! Julio Scherer reaccionó a su expulsión de Excélsior con la fundación de Proceso. Miguel Ángel Granados Chapa fue despedido de Radio Mil en 1993 a petición de la Secretaría de Gobernación, pero tuvo entonces sus años brillantes de Reforma. Jesús Blancornelas se vio obligado a cerrar el periódico ABC de Tijuana en 1980, pero fundó el semanario Zeta que habría de convertirse en uno de los más importantes del país; el asesinato de su amigo y colaborador, Héctor (El Gato) Félix, en 1988 llevó a Blancornelas a fortalecer la independencia de su periodismo; ni siquiera el atentado que él mismo sufrió en 1997 lo doblegó.
Numerosos periodistas importantes han perdido sus espacios en los últimos tiempos y muchos se han dicho objeto de censura. José Gutiérrez Vivó fue retirado del aire de Radio Red de Grupo Radio Centro (empresa con la que colaboro) en 2004. W Radio se negó a renovar el contrato de Carmen Aristegui en 2008. El periódico Reforma (en el que también colaboro) ha quitado a varios columnistas (algunos amigos míos) en meses recientes. En este último año hemos visto la salida de Nino Canún de la 69 de Radio Centro, de Pedro Ferriz de Con de Radio Imagen y de Carmen Aristegui de MVS Radio.
Todo el mundo tiene derecho a sus periodistas favoritos, pero algunas reacciones ante las destituciones son cuestionables. Ezra Shabot, por ejemplo, ha sido atacado por simpatizantes de Aristegui por haber permanecido en MVS y por haber expresado su apoyo a la empresa. En redes sociales se le ha dicho: “¿Qué se puede esperar de un judío?”, “Judío adorador del dinero”, “El judío siempre será un perro”, “Judío de mierda”.
Tenemos hoy un mercado informativo muy dinámico. Los medios se han multiplicado y la competencia también. Los dueños pueden optar por deshacerse de sus periodistas, pero usualmente un buen comunicador tiene formas para encontrar nuevos medios y mantener su público.
En este ambiente competido parece absurdo pretender que sólo unos santones representan la verdad, la honestidad y el valor. Nadie puede ya pretender ser el profeta solitario de la ética del periodismo. Tenemos muchos periodistas honestos, valientes y brillantes con puntos de vista tan distintos como la diversidad ideológica de los mexicanos.

Distraer al público
A los políticos les molesta cualquier cosa que distraiga la atención del público. En abril de 2004 Andrés Manuel López Obrador cuestionó la cobertura de “horas y horas de las televisoras, que se repetían” ante la muerte del papa Juan Pablo II y la poca atención a su desafuero. Ahora el panista Gustavo Madero se queja de que se permita un partido de futbol de la selección el 7 de junio.

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