José Ignacio Gallardo
Analista político
En pocos días las campañas electorales federales darán inicio y con ellas se esperan algunos cambios y elementos nuevos, sin embargo, en general parece que para el electorado todo será igual que siempre. En la forma, van a existir algunas diferencias no sustanciales en este proceso en donde se renueva la totalidad de la cámara baja, pero en el fondo todo indica que los mexicanos verán iniciar campañas políticas que parecen más de lo mismo. Para empezar, existe una nueva autoridad electoral, aunque para muchos sea más la misma pero con un nombre levemente modificado. Ya el Instituto Electoral no es Federal, ahora es Nacional. Pero siguen siendo tan parecidos los dos organismos que incluso algunos consejeros y el propio presidente del INE son elementos reciclados del anterior IFE. Con excepción de una letra en sus siglas, en el fondo sigue siendo una burocrática estructura que le sigue costando mucho al país, haya o no elecciones.
El aparato ciudadano que se encarga de convocar y organizar las elecciones en el país ha tenido resultados satisfactorios en los últimos procesos, pero también sigue arrastrando las mismas inercias del pasado, así como una desesperante lentitud a la hora de sancionar a los partidos cuando cometen alguna violación a la norma. Como ejemplo el reciente caso del Partido Verde, los consejeros del INE se tardaron demasiado en emitir una sanción.
En cuanto al costo, se estima que este proceso cueste más de 18 mil millones de pesos, lo cual sigue representando una suma bastante considerable tomando en cuenta las condiciones de vida de muchos mexicanos. Y también como siempre este derroche de recursos incluye el financiamiento para la totalidad de los partidos políticos, incluyendo al Partido Humanista, Encuentro Social y Morena, de reciente creación. Son diez partidos en contienda, incluyendo a los tres nuevos, lo que para muchos es un exceso, porque para efectos prácticos son tres fuerzas políticas las que siempre se imponen. Son muchos partidos para pocos resultados y mucho abstencionismo. Lo malo es que los nuevos partidos que aparecerán en las boletas electorales tienen la misma tendencia de los otros partidos pequeños, es decir, nunca se les ve por ningún lado a pesar de que gozan de recursos públicos para hacer trabajo político durante todo el año. En cuanto a esta frontera, es poco lo que se sabe de otros partidos que no sean el PRI, el PAN o el PRD. Y como siempre ocurre en este país, partidos nuevos pero costumbre viejas.
En Juárez, el Revolucionario Institucional llega unido y en la delantera tal y como ha venido ocurriendo en los últimos procesos, a pesar del obligado desgaste que tiene como partido en el poder. Los priistas llegan unidos y eso permite que todos se pongan a trabajar para sacar adelante los resultados victoriosos. La disciplina que tanto le han criticado al tricolor es el factor que le ha permitido recuperar el poder y permanecer después de varias administraciones. Van por el carro completo y para eso están cerrando filas, prueba de ello es el encuentro entre duartistas y reyesbaecistas como muestra de que dejan de lado sus diferencias para buscar los triunfos que su partido requiere. Porque tanto en el PAN como en el PRD la unidad y el trabajo en conjunto brillan por su ausencia. En Acción Nacional siguen abiertas muchas heridas y no se ve que vayan a cicatrizar pronto y esto les puede impedir recuperar espacios de poder. Por otro lado, esta ocasión la sorpresa pudiera ser que Morena provoque el desplome del PRD en esta ciudad. Con todo lo que ocurre actualmente en el partido del sol azteca es posible que descienda todavía más en las preferencias del electorado fronterizo.
Como en todas las elecciones, los juarenses escucharan un sinfín de promesas, la mayoría no se cumplirán, como ya es costumbre. Se seguirán soportando los spots electorales a los que, como siempre, nadie atiende. Se tendrá que enfrentar la tradicional guerra sucia que nunca falta, pero que se ha ido volviendo cada vez más negra. Se espera, ahora sí, que los ciudadanos se interesen en las elecciones y que escuchen los mensajes políticos para que luego puedan reclamar a los que no cumplen. Y es deseable que todo el dinero invertido y el esfuerzo de los ciudadanos sirvan para tener un mejor país y para mejorar las condiciones de vida de los mexicanos.
Más política y menos politiquería, más propuestas y menos ataques. La esperanza es que no sean dos meses de más de lo mismo.